jueves, 28 de febrero de 2013

La onda helada de la cálida Barranquilla


 Este artículo fue publicado el 28/02/13 en el diario El Heraldo
Estas deliciosas fotos son de Jairo Rendón

El particular y pegajoso sonido de la lambada, proveniente de un parlante a medio acomodar en un improvisado carrito de hierro, dejó atrás los conitos de colores empalidecidos y los sabores tradicionales. Aquella cotidiana manera en que los helados llegaban a la puerta de nuestra casa mutó con el tiempo. Se transformó en espacios cuidadosa y exquisitamente decorados; con paredes ribeteadas de color, emulando la oferta gastronómica, hecha a base de crema y leche.

El mercado de helados en Barranquilla se ha renovado con el tiempo para darle paso a una evolución del cono, la presentación más habitual de aquella crujiente tentación congelada. Todo comenzó cuando las heladerías se fueron volviendo más recurrentes, y los carritos de helados, que se apostaban en las puertas de las casas, comenzaron a desaparecer. Así, por la ventaja que brindaba la comodidad de tener un sitio establecido, la carta se fue ampliando.

El nicho de mercado se concentró, entonces, en los helados gourmet, cuyos sabores vanguardistas llamaron la atención por su color, por el detalle de fina coquetería que enamoraba a los ojos –y luego al paladar- con los llamados toppings o aderezos, que hacían aún más irresistibles esas delicias. Fueron apareciendo, luego, los ‘helados con apellido’, como el chocolate y la vainilla, que adoptaron nacionalidad; la fresa, que se mezcló con los demás frutos rojos, y resultó una combinación exótica, y un sinfín de posibilidades que resultó en apetecido y selecto menú.

La onda helada de la cálida Barranquilla se llenó del toque internacional que adopta, con el paso del tiempo, la misma ciudad, y el plan de comer helado, la nueva alternativa para pasar un rato agradable. EL HERALDO hizo un breve recorrido por tres locales que, de diferentes maneras, plantean una propuesta dulce y refrescante para el paladar. Desde el sistema de autoservicio hasta el sabor de caramelo salado fueron las novedades que encontramos siguiendo esta apetecida ruta.

El sabor de Italia, a La Arenosa. De Italia provienen los sabores más emblemáticos de una gelatería que desde hace 10 años atrae comensales sobre la carrera 51B, en la intersección con la calle 82. El 'stracciatella', una crema de leche bañada con chocolate, y el nutella son los más apetecidos. También se encuentran en el menú helados dietéticos, como el de mocciole. Además, están a la venta chococonos con una capa de maní, lo que les da el toque refinado y europeo.


El yogur, la nueva oferta. Un poco más arriba de La Gelatería se encuentra un local donde el sistema de autoservicio es lo primero que llama la atención, además de los sabores frutales y cremosos, como el red velvet, el capuccino, o uno ácido como la cereza, hechos a base de yogur. El valor del helado lo decidirá el peso final de este, una vez se haya servido la cantidad de crema y 'toppings' deseados. Para complementar, hay opciones como salsas, gomitas, chips de chocolate, masmelos y frutas picadas.

Helado a lo 'vintage'. El caramelo salado es posible, y sabe mejor hecho crema de helado. En Frisby, una tradicional cadena de comidas colombiana, esta es la nueva apuesta para endulzar el menú salado. También se destacan el yogur con vainilla capri italiana y yogur con frutos rojos o del bosque, una mezcla de fresas, arándanos, moras y cerezas, que saben mejor en el ambiente ochentero que rodea el lugar.













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