viernes, 29 de abril de 2011

Como niños

Para Alex, Nicholle, Michelle, Valentina, Isabella y Marian, que llenan de luz mis días y hacen mi vida más feliz (aunque a veces no lo parezca ¬¬)


¡Cómo me gustó ser niña! Lo malo es que hasta ahora me doy cuenta del valor de eso. Tener crayolas, plastilina y un lienzo gigante en las paredes de la casa. Gastar una tarde entera en una piscina inflable con un baño de espumas a bordo. Pedir sin complejos helado de mandarina con chocolate. Hacerte con una colección completa de cuanto muñeco o caricatura te cautivara. Hablar durante horas con amigos imaginarios –con nombre y apellido-. Dejar las verduras sin la reprimenda de lo ‘mañosa’ que eres. Limpiarte los besos en el cachete que te daban las amigas de tu mamá que aún odias por tratarte como bebé. No arreglar la cama cada vez que la desordenas. Esconderte en el clóset para no ir al colegio. Comerte las pastillas de caldo debajo de la mesa del comedor. Bailar Aserejé sin preocuparte por lo que dirán los demás. Que tu mamá te terminara la tarea cuando era tarde y te quedabas dormido. Ir a un parque de diversiones y montarte en atracciones donde sólo a esa edad se puede, como el playground. Echarte al cuello todos los accesorios que tuvieras, sin importar color, tamaño ni estilo. Pedirle regalos al Niño Dios, a Papá Noel, a los Reyes Magos y hasta a las mariposas. Ver Sailor Moon hasta el cansancio. Creerte un maestro Pokémon, la Mujer Maravilla, Superman o Batman. Pelear con tus amigos por un sticker de cuaderno. Desear que se te caigan los dientes para que venga el Ratón Pérez. Dormir con la luz encendida cuando tienes miedo. Que te preparen gelatina de limón estás enfermo. Jugar entre las sábanas recién lavadas extendidas en el patio. Enamorarte de cuánta Barbie o pista de Hot Wheels saliera al mercado. Esperar que llegara agosto para fabricar cometas y volarlas en el parque. Levantarte de inmediato del suelo una vez has caído por ir corriendo, aunque tengas un par de razones en las rodillas que te impulsen a llorar. Vivir cada aventura de Harry Potter con toda la pasión que puedas sentir. Montar bicicleta con rueditas de apoyo. Comer algodones de azúcar sin empalagarse y llevar un globo en la otra mano. Soñar con ir a Disneylandia o al mundo de Willie Wonka. Hacer ‘pastelitos’ con la crema de afeitar de tu papá (en mi caso abuelo). Comer cientos de papitas para coleccionar souvenirs de tus programas de tv predilectos. Tener ‘barriguita’ sin sentirte acomplejada. Vivir sin blower, hacerte manicure y pedicure y depilarte… y ¡ser feliz!

Después de tantos años me doy cuenta que en mi vida no todo fue en vano. Alguna vez fui niña…


A Marian, tan despierta e inteligente, la prima/vecina más hermosa que
pude tener

Michelle, que no ha crecido tan cerca, pero a la que adoro!!
aunque me lleve la contraria >.<

A Nicholle, Alex e Isabella, que se llevan el podio por sus travesuras, ¡cómo los amo!
Hermanito, eres increíble, te amo



Valentina, tan parecida a mí que hasta me da miedo O.O
Me encantan cada uno de tus detalles y tu madurez precoz que te hace única
A ellas, que las tengo tan cerca y a las que más molesto, gracias totales!
Sin ustedes, que aburrida sería (más de lo que puedo ser O.o)


P.d.: Esta entrada, a propósito del Día del Niño.

miércoles, 20 de abril de 2011

Cobain, el inmortal

Kurt Cobain, el más emblemático de los músicos de los 90’ y uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, fue el abanderado de la llamada ‘generación X’, cuyo himno Smells like teen spirit, se erigió como el mayor éxito de su banda Nirvana.

Con un una niñez bastante agitada, motivo seguro de su voluble estabilidad emocional, acabó diagnosticado con un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Para terminar de rematar el típico y nefasto cuadro del hijo afectado por sus padres separados, Kurt fue obligado a practicar deportes, cuando siempre demostró una cierta reticencia hacia esas actividades.

Después de este panorama no es alarmante asimilar sus consecuencias. Cobain abandonó la secundaria dos semanas antes de terminarla, pues sus notas no alcanzaban el promedio requerido para graduar. Su madre lo echó de la casa al enterarse.

Se alojó en casas de amigos durante algún tiempo hasta que encontró un nuevo y estable refugio: la sala de espera de un hospital comunitario en Grays Harbor. Se estableció ahí hasta que logró mudarse a un apartamento que pudo pagar.

Luego de esto vino la materia fecal, o ‘Ed Ted and Fred and Fecal Matter’. No se asusten, no es grosería, así se llamó el primer grupo de KurtCo, al lado de Krist Novoselic. Afortunadamente tiempo después decidieron cambiar el nombre por el mítico ‘Nirvana’, y el éxito vino de la mano de este.

La avalancha de gloria y aplausos desencadenó el ‘fenómeno Nirvana’, que terminó por atormentar a un ya cansado Cobain, ‘la voz de una generación’.

Ni la aparición inesperada de Courtney Love pudo evitar lo predecible. Una constante de excesos banales lo hizo sucumbir. Un coctel de drogas, depresión y un nunca detectado mal estomacal terminaron por abrumarlo. Era todo y nada. Un hombre atiborrado de momentos y carente de argumentos.

Kurt necesitaba a alguien. Un alguien vivo, real, capaz de sustraer el remolino de sentimientos que mortificaban su existencia. Es obvio que no lo halló, y decidió morir cuando todo lo tenía. Dejó una carrera, una pasión, una esposa, una hija. Lo mejor de su vida por un descanso que en el mundo terrenal no encontró.

Suicidarse con un balazo en la cabeza, rodeado de la soledad de un garaje, lo catapultó a ser una leyenda. Tenía 27 años y una carrera por delante para brillar con luz propia. 



***

Kurt Cobain fue posicionado en el puesto número 12 de Los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos en 2003 y en el puesto 45 de los 100 cantantes más grandes de todos los tiempos en 2008, ambos por la revista Rolling Stone.

La corta carrera de Nirvana concluyó con la muerte de Cobain en 1994, pero su popularidad creció aún más en los años posteriores. Ocho años después de la muerte de Cobain, "You Know You're Right", un demo nunca terminado que la banda había grabado dos meses antes de la muerte de Cobain, escalaba las listas de radio y música de todo el mundo. En 2004 fueron rankeados en el puesto #27 en la lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos de la revista Rolling Stone. Desde su debut, la banda ha vendido más de 50 millones de álbumes a nivel mundial, incluyendo 10 millones de ejemplares de ‘Nevermind’ en los Estados Unidos y 25 millones en todo el mundo. Su música continúa siendo emitida por estaciones de radio de todo el mundo.


Bonus Track: Una dura pero certera frase de Cobain, escrita en su nota de suicidio...

"Ya no tengo la pasión y entonces recuerdo, es mejor quemarse que apagarse lentamente..." 

Imágenes by mila_cortez, Trekkie313 y remote72

jueves, 7 de abril de 2011

El Centro tiene un nuevo corazón

Vista de la nueva cara de la cúpula de la iglesia

Publicado en Qhubo Barranquilla, el 15 de marzo de 2011

El Distrito, Edubar y el Ministerio de Cultura, consideran la obra como el punto de encuentro de la Barranquilla soñada.

Está ubicada entre la Amargura y la Real, entre el Progreso y el Mercado. Calles cuyos nombres enmarcan, casi perfectamente, la realidad que hasta hace poco palpitaba en el lugar: un mercado 'negro' de drogas y cuerpos, excesos banales que lidiaban con lo amargo y lo real de la situación, de aquellos que se entregaban a sus vicios, y los que debían observar, impasibles, lo miserable del hecho; el progreso estancado a causa de los caprichos viscerales del destino.

Desde García Márquez hasta Aníbal Velásquez se han inspirado en ella en novelas y canciones. Su 'techo abierto', sus uniformes, y a la vez, irregulares construcciones aledañas, sus inquilinos nocturnos y sus caminantes de día, hacen parte de la telaraña de historias que desde siglos atrás, se teje justo en el corazón del Centro Histórico.



Mediante un concurso que ganó la empresa Opus de Medellín, se definió
el diseño de la plaza
Cambio total

Hace no más de una década podía apreciarse justo detrás del Paseo de Bolívar un desorden de gentes caminando hacia todas las direcciones. Hoy, después de cinco años de haber concebido la iniciativa de la recuperación y reconstrucción del espacio público en la Plaza de San Nicolás, el cambio es total.

Los colores vivos que irrumpen el espacio, las plantas nativas que adornan el camino y una llamativa figura tridimensional de madera son los nuevos atractivos de la plaza que albergó la que fuera la primera catedral de Barranquilla.  

La fachada de la iglesia, imponente arquitectura que coronan las cúpulas que parecen besar el cielo, es sin duda, la imagen más vívida de este ambiente que desde ya cautiva a propios y extranjeros.


Por la comunidad

Son 11.700 metros cuadrados que esperan albergar vendedores y compradores que le den la vida que se merece al centro de la ciudad. Circunstancia que ha sido posible no sólo por la intervención de los organismos encargados para el rescate de los grandes escenarios públicos, sino también por la voluntad de los comerciantes del lugar, sus verdaderos pobladores.

La reubicación, que en principio parecía esquiva y hasta imposible, se acordó  en los mejores términos entre ellos y la Alcaldía. Desde ya se trabajan en los primeros puestos  estacionarios que buscan llevar a sus propietarios de la condición del subempleo y la ilegalidad, a ser unos trabajadores con todas las de la ley.


No todo es color de rosa

A pesar de los intentos de la Alcaldía y de las autoridades encargadas por darle una nueva cara a la plaza, no todo pinta como debiera. Los primeros comerciantes que serán reubicados, los vendedores de flores, afirman que si bien les agrada todo aquello que contribuya al beneficio de la ciudad –situación a la que no se oponen-, su preocupación recae en el nuevo espacio designado para la exhibición de sus productos.

Luis Alfonso Álvarez, comerciante del sector, asegura que le inquieta pensar en el área futura que le espera unos metros adelante de la fachada de la iglesia. “Yo vendo flores, y ese es un producto que no puede exponerse al sol. A los dos días, la mercancía a la intemperie se daña”.

Por su parte, Wilfrido Llamas, enfatiza en que no sólo es inquietante el fogaje que se respira en la zona asignada para su reubicación. Asimismo,  los  reducidos tamaños de los exhibidores dejan pensando a este hombre en cómo deberá disponer su mercancía para que se adapte al espacio. De lo contrario, deberá alquilar un lugar donde pueda asegurarla por completo.









Fotografías: Jorge Payares

viernes, 1 de abril de 2011

Pasos de gigante

Por Andrea Jiménez - Rafael Pabón
Acrobacias y peripecias en el frío asfalto de una ciudad indiferente ante la dificultad ajena. Almas silentes que deambulan por el entramado heterogéneo de una realidad que se hace ciega ante su presencia. Seres que no se amedrentan por nada y por nadie, y cada paso que dan es un grito de victoria ante la impasibilidad de quienes los rodean.

Mientras Pedro Rodríguez, “El cuenta huesos”, me extiende su mano para permitirme entrar en la casa que terminó de pagar hace apenas 3 años, su andar tambaleante contrasta de inmediato con la elocuencia con la que me da la bienvenida, la seguridad para empezar a meterme conversación me sorprende en principio. Ángela en cambio, se demora en recibirme, se está arreglando para la entrevista; reconozco su cercanía cuando escucho el golpe seco de los bastones canadienses, una especie de muletas, tocando el piso. Su amabilidad está presente en cada respuesta bien cuidada y el tono suave de su voz, no sólo conmigo, sino también con su mamá. Las máquinas de coser revelan el oficio de esta última, que es el mismo de Yanubis, a quien encuentro hablando de terraza a terraza con los vecinos. Descomplicada cuando menos, cuida el puesto de perros calientes que tienen en su casa desde hace casi 20 años; bromea con los de al lado, se toma una cerveza y contesta mis preguntas, todo al mismo tiempo sin desentonar en ninguna de las acciones.

Tres encuentros con personas tan distintas entre sí como lo pudieran ser de cualquier otra persona, con un factor común en sus vidas: la casualidad de una enfermedad que haría de cada paso una victoria, y el hecho fortuito de haber nacido “en el mejor vividero del mundo”, donde el sencillo acto de trasladarse de un punto a otro puede resultar toda una odisea.

Movilizarse en Barranquilla en condición de discapacidad es un acto heroico. Es lanzarse a una constante de ´ires y venires´ para conseguir transportarse de un lugar a otro. Calles maltrechas, buses abarrotados y lugares inaccesibles para personas con alguna anomalía física se reproducen por montones en la atropellada geografía currambera.

Pedro es un soñador y no se apena al decir que quiere cambiar esta ciudad, “me gusta hablar con los que mandan, no quedarme callado”, sonríe y habla deprisa, como si las palabras se le agolparan en la lengua, pero puedo percibir el cambio en su voz. A lo largo de su vida se ha encontrado con tantos edificios sin ninguna adecuación para las personas discapacitadas que ya no recuerda cuántos fueron. Algunas veces sus reclamos reciben respuesta, sin embargo no es extraño para él ser ignorado. “Sólo se salvan las clínicas y los supermercados, las clínicas por las camillas, y los supermercados para bajar los carritos”, afirma al tiempo que me mira esperando que ría, y lo hago, tal como él acostumbra ante una realidad que fácilmente puede pasar como una broma pesada.

Un problema sin frenos
El distrito ha venido invirtiendo desde hace aproximadamente 5 años más de 130 mil millones de pesos en la construcción y adecuación del Sistema de Transporte Masivo Transmetro, y entre uno de sus tantos pregonados beneficios se encuentra el de proveer a las personas discapacitadas un servicio eficiente y cómodo. Pedro me habla de esto casi como si fuera un secreto, aunque la mayoría de estas cifras hace mucho sean de conocimiento popular. Cuando estuvo en la inauguración de la terminal ubicada en la 72 con 46 pudo comprobar que su silla de ruedas se quedaba atorada entre la puerta y la plataforma, el bus se encontraba muy alejado y las ruedas se hundían en el aire, haciendo necesario un esfuerzo extra para lograr entrar al cómodo bus.

Se puede decir a favor del Transmetro que este se detiene para que los pasajeros suban, si es que esto puede ser considerado una virtud más que una obligación lógica. Pedro, Yanubis y Angelica, los 3 tan distintos como son, coinciden en algo, el mayor problema para un discapacitado en Barranquilla es el transporte público, sobre todo los buses tradicionales. Sentada en la terraza Yanubis me cuenta, un poco a mí, un poco a sus amigos de la casa de al lado, cómo una vez fue a dar con el piso antes de siquiera poder subirse al vehículo. “No es fácil, a mí los de la ruta ya me conocen y por eso me paran, pero esa vez el chofer ni se fijó en que no me había montado y arrancó, lo peor es que si los de adentro no le gritan me deja tirada”, contó con desenfado.

Subir a un bus es un desafío para cualquier persona discapacitada, no sólo porque no existe uno solo en la ciudad adecuado para estas personas, sino también porque los conductores los tratan como si fueran invisibles. El afán de llegar a tiempo a ´los tiempos´, al cual los barranquilleros ya nos hemos resignado, hace que los que manejan los transportes opten por no detenerse a recoger a ninguna persona con discapacidad física.

Ley invisible
El marco legal del plan de discapacidad de Colombia agrupa una gran cantidad de leyes que se dividen en diversas categorías como educación, empleo, comunicaciones o accesibilidad. Dentro de esta última, la ley 361 de 1997 en el artículo 49 da cuenta de la implementación de las condiciones necesarias para el acceso de las personas con alguna incapacidad física a edificios públicos y privados como viviendas o establecimientos comerciales, reglamentada con el decreto 1538 del 7 de mayo de 2005. Es una obligación por parte del distrito cumplir con al menos en un 10% de las construcciones con estas condiciones, sin embargo el problema para ingresar a cualquier edificación y hasta para subir a los andenes, sigue siendo una dificultad con la que deben lidiar diariamente las personas discapacitadas.

Por otro lado la ley 105 de 1993, reglamentada por el decreto 1660 del 16 de junio de 2003, establece las normas de infraestructura y acceso básicas que debe tener el transporte público para todas las personas, favoreciendo a aquellas que tienen discapacidades, de esta forma es una obligación cumplir con esta infraestructura básica, sin embargo, como tantas otras cosas, la implementación de la norma está en pañales, en Barranquilla no existe un solo bus que cumpla las condiciones mínimas necesarias para el acceso de personas con incapacidad, a excepción, en teoría, del Sistema de Transporte Masivo.

Con una población de aproximadamente 20 mil personas discapacitadas en el departamento del Atlántico, y más de 8 mil en la ciudad de Barranquilla, resulta impensable que las necesidades de este grupo de personas sean ignoradas por las autoridades. Será que, como ya es costumbre, las minorías son un cero a la izquierda para una metrópoli costeña que no tiene tiempo de ocuparse de ellos sino de mostrar su mejor cara a los foráneos, así los propios no alcancen de contar los problemas que surgen.

Ángela, ya arreglada y cambiada, es quizás la más vulnerable de los 3, nació con espina bífida y fue operada apenas 24 horas después del parto, camina con gran dificultad pero no se deja desesperar, dice que si algo ha aprendido de su condición, es a ser paciente. No se monta nunca en los servicios de transporte, le es imposible, en cambio se traslada en taxi cuando la plata alcanza o en moto, igual que Pedro y Yanubis.

En este punto su relación se estrecha, la implementación de la nueva regulación para las motos que circulan en la ciudad, cuyos resultados para la seguridad aún están por verse, ha limitado la forma de transporte de la población discapacitada quien nuevamente no es tenida en cuenta al momento de tomar decisiones que interesan a la gran mayoría de la sociedad.

Quizás la guinda del pastel no sea la cómoda impasibilidad de gobernantes y políticos, ni siquiera la falta de inversión en adaptación de edificios y transporte, quizás el mayor reto al que se enfrentan las personas con incapacidad sea la falta de colaboración e incluso de respeto, que es el común denominador entre la mayoría de las personas de esta ciudad. “Las veces que me subo a los buses y están llenos, siempre veo que las personas sin discapacidad se sientan en los puestos azules que son sólo para nosotros, lo peor es que no se levantan cuando lo ven a uno…”, comenta Pedro, a quien apesadumbra sobremanera la poca cultura ciudadana que aqueja a sus coterráneos.

Anécdotas de la mano de aquellos que dan fe de la impasibilidad del gobierno, de vecinos, de la gente… Seres que acostumbrados a la exclusión, sacan lo mejor de sí para demostrarle al mundo, pero sobre todo, a ellos mismos, que su limitación no los define, al contrario, los hace más fuertes en un mundo acartonado y preocupado por banalidades.

Yanubis ama bailar. Su muleta no le suma un obstáculo, le resta inseguridad y le otorga lo único que necesita para ser una persona ´completa´ con todas las de la ley: equilibrio. Ángela disfruta de leer, hace poco retomó esta pasión luego de que un nuevo diagnóstico la alejara de sus largas jornadas entre los libros por las constantes cefaleas. Pedro no puede vivir sin el deporte; es su motor de aliento que lo rescata de la rutina y lo hace disfrutar de jornadas alegres con los amigos. Personas como todos, llenas de vida y de coraje, cuyo mayor mérito reside en la gran e inmerecida tolerancia que tienen hacia aquellos que los han relegado al olvido.

Luego de visitar sus hogares, de escuchar sus historias, no me cabe duda que los limitados son otros. Que estos hombres y mujeres que han sufrido de una enfermedad cualquiera, hoy soy inmunes a la exclusión, pues conocen, mejor que nadie, el valor de la vida.

Barranquilla es una ciudad discapacitada. Le faltan manos para extenderse a aquellos que las necesitan, piernas que conduzcan a la construcción de una verdadera conciencia ciudadana, una columna vertebral recta que garantice normas de convivencia suficientes  y un bastón de mando contundente, que otorgue oportunidades para todos y no se conforme con pavimentar calles que no se pueden transitar.





P.D.: A Rafa... muchísimas gracias por tenerme paciencia cuando no quería seguir... Fue un gran trabajo en equipo, que salió a flote por nuestro talento y tu amor...