Pocas personas legaron tanto a la humanidad y fueron tratados como viles villanos como Alfred Nobel. Su histórico invento, la dinamita, lo condenó –al menos en su época- en lugar de conferirle la distinción merecida. Fue Nobel quien tuvo que cargar con la responsabilidad atañida por los demás, de los nefastos estragos de la guerra. Toda una campaña proselitista cuyo objetivo no era otro que desacreditarlo, el punto más álgido de la envidia de aquellos que, con recelo, lo veían convertirse en el hombre más rico de su época.
“Periódicos, políticos, medios comerciales e industriales hicieron recaer sobre él la responsabilidad de los horrores de las guerras futuras. Olvidaban o desdeñaban los notables servicios que podrían prestar la dinamita y otros explosivos, empleados con fines pacíficos. Nobel no había trabajado para acrecentar las matanzas, sino para impulsar la ciencia en su camino hacia el progreso; aún más: conservaba la ilusión de contribuir a descartar los peligros de nuevos conflictos bélicos, mediante los resultados de su labor. ¿Cómo hubiera sido posible llevar a buen fin los trabajos de los túneles del Simplón, de 20 kilómetros de largo, o del San Cotardo, de 15 kilómetros, sin el auxilio de la dinamita?” http://www.portalplanetasedna.com.ar
Hasta tal punto se extendió aquella cruzada que buscaba mancillar el nombre del inventor de la dinamita-goma y la balistita, que Nobel se vio obligado a abandonar París, su ciudad de residencia:
“En 1891, Alfred Nobel estaba en París. Una mañana, mientras hojeaba un periódico, leyó con asombro la noticia de su muerte. Se trataba de una horrible broma, pero más afectado se sintió aún por los comentarios que acompañaban la noticia, los cuales llegaban hasta el ensañamiento. Algunos lo calificaban de `ser maléfico´; otros, de `autodidacta que lleva a los hombres a su destrucción´. Todos sus detractores afirmaron que se respiraba una atmósfera de alivio, pues por fin desaparecía un hombre que había dedicado toda su vida a descubrir los medios que permitirían a la humanidad provocar más cruelmente su propia perdición.” http://www.portalplanetasedna.com.ar
Parece que lo único que, en parte, logró retribuirle su ingenio fue el dinero. A su muerte, la fortuna recaudada por el sueco como patente y regalías de sus inventos, superaba los 9 millones de dólares. Fondos, que en su totalidad, fueron destinados a una de las labores altruistas más significativas que pueda recordar la humanidad: la creación de la Fundación Nobel y sus homónimos premios. Su testamento retó todas las predicciones, pues despojó a su familia de herencia alguna, dejando como únicos herederos a las grandes mentes, genios que como él, contribuyeron invaluablemente al desarrollo de la ciencia y la humanidad, aunque los siempre ignorantes, se nieguen a aceptarlo.
El testamento de Alfred Nobel
"La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premios entre aquéllos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad.
Dichos intereses se dividirán en cinco partes iguales, que serán repartidas de la siguiente manera:
Dichos intereses se dividirán en cinco partes iguales, que serán repartidas de la siguiente manera:
Una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento o el invento más importante dentro del campo de la Física.
Una parte a la persona que haya realizado el descubrimiento o mejora más importante dentro de la Química.
Una parte a la persona que haya hecho el descubrimiento más importante dentro del campo de la Fisiología y la Medicina.
Una parte a la persona que haya producido la obra más sobresaliente de tendencia idealista dentro del campo de la Literatura.
Una parte a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.
Los premios para la Física y la Química serán otorgados por la Academia Sueca de las Ciencias, el de Fisiología y Medicina será concedido por el Instituto Karolinska de Estocolmo, el de Literatura, por la Academia de Estocolmo, y el de los defensores de la paz por un comité formado por cinco personas elegidas por el Storting (Parlamento) noruego. Es mi expreso deseo que, al otorgar estos premios, no se tenga en consideración la nacionalidad de los candidatos, sino que sean los más merecedores los que reciban el premio, sean escandinavos o no". http://www.uv.es/jaguilar/historias/nobel.html
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