domingo, 16 de diciembre de 2012

¿De dónde salió Papá Noel?



Papá Noel es un viejo regordete y bonachón que vive en el Polo Norte, anda en un trineo alado por renos mágicos de nariz roja y lleva años repartiendo, sin cansancio, regalos a todos los niños del mundo. Al menos, eso es lo que cuentan las leyendas urbanas de este popular personaje de barba blanca y copiosa, de sonrisa generosa y buen comer, al que le encantan las galletas y las bebidas calientes.

Esos datos y otros más no los hemos aprendido en el colegio, tampoco en la Biblia o en algún referente religioso que permita rastrear su origen más certero en el verdadero seno de la Navidad. Los hemos sacado del ambiente que permea los días festivos de diciembre: de las figuras en porcelana, plástico, tela y cualquier otro material que permita representar al viejito pascuero. Esas que usamos para adornar los hogares por estos días.

Nos acostumbramos a verlo en dibujos animados, en películas de la temporada, en la publicidad navideña… Papá Noel habita en todos lados, tiene cualidades omnipresenciales. Pero muchos aún no dan con su origen, que sí es de lo más sagrado posible, pero que con el tiempo se fue alterando.

La leyenda. Nicolás de Bari vivió en el siglo IV y llegó a ser obispo de Myra, una ciudad ubicada en la península de Anatolia, en Turquía. “La devoción a San Nicolás creció muy rápidamente en el ambiente cristiano de estos primeros siglos por la figura de obispo, del hombre de la caridad, del hombre que enseña”, explica el sacerdote Edgardo Bernales, rector del seminario Juan XXIII de Barranquilla.

El obispo murió un 6 de diciembre del año 345, por eso la Iglesia Católica celebra hoy su fiesta. Pese a haber vivido y muerto en la Myra de Oriente, se conoce en occidente como Nicolás de Bari porque fue en esa ciudad italiana donde desembarcaron sus reliquias en el siglo XI. Es en ese lugar donde se levantó, entonces, su basílica. Y parece que su destino fue seguir viajando.


La deformación. “Parece ser que esta devoción de San Nicolás como el obispo, el caritativo, pasó a los Países Bajos, y toda esta idea del santo protector (también hay una devoción de San Nicolás como protector de los marineros) la llevaron los descendientes de los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos provenientes de esas naciones; así llega el culto a San Nicolás. Los colonizadores holandeses que llegaron le llamaban Sinterklaas y allí, de alguna manera, empezó la leyenda”, cuenta el sacerdote.

Pero la deformación de la imagen de santo de Nicolás vino en 1821. “A través de un relato se convirtió en lo que hoy conocemos como Santa Claus. Un cuento de 1821 llamado Una visita de San Nicolás describe al obispo como un hombre alegre, pero empieza a deformarlo con características de tipo folclórico: este hombre bonachón, gordito y con los rasgos que hoy conocemos. Parece ser que desde allí, desde esa descripción de Clement Clarke Moore, el autor, se terminó deformando la imagen”, continúa el presbítero.

Hay algunos datos históricos que refrendan la posición de población protestante que quiso eliminar esa imagen de Papá Noel porque estaba llena de elementos que pertenecían al paganismo.

“Hay muchos grupos de cristianos protestantes que lucharon por eliminar esa presencia de Santa Claus porque terminó uniendo afectos de personajes legendarios de fiestas del Norte de tipo pagano que hacen parte de la tradiciones folclóricas de esos países. Por ejemplo, de Holanda tomaron una historia de un hombre de barba con un caballo blanco que reparte galletas, eso hace parte de las tradiciones folclóricas y se las unieron a la imagen de San Nicolás. El referente hoy de Santa Claus está lleno de elementos que rayan en lo mítico”, precisó.

Aquí empezaría, entonces, el famoso cuento de Papá Noel como hoy lo conocemos, el Papá de la publicidad navideña. Coca Cola ha sabido aprovecharlo bien... (estas son algunas imágenes de sus campañas de fin de año, utilizando a Santa). 






La postura de la iglesia. A San Nicolás le tocó mutar a Santa Claus, o como se le conoce en este lado del hemisferio, a Papá Noel. La Iglesia Católica lo reconoce como un símbolo popular pero no tiene relación directa con él y señala que su influencia ha sido mayormente publicitaria.

“Estamos ante la influencia de los medios, no solamente de una historia, de un cuento, sino también de la publicidad que pintó esta imagen y la utilizó para asociarla con los regalos. Papá Noel se ha convertido en un producto comercial, por el cual la Iglesia no tiene ninguna veneración, ninguna devoción. Otra cosa es San Nicolás de Bari que se celebrara el 6 de diciembre”, puntualizó Bernales.

Si se trataba de condensar la Navidad en una figura, Papá Noel lo consiguió.


Los niños son quienes más esperan al viejito pascuero y sueñan con su imagen mágica

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