Lo olvidé. Sí, debo asumirlo. Los días de estrés del trabajo (este que tengo ahora, que es mucho más absorbente que el de antes) hicieron que se me pasara por alto uno de los días más importantes y significativos para mí: el cumpleaños de este blog, de Indeleblia, de este espacio que es una extensión mía y de mis convicciones.
A decir verdad la semana del segundo aniversario del blog estuve bastante atareada pues se cumplía el primer año de la muerte del gran Joe Arroyo (como pudieron darse cuenta por algunas entradas anteriores). Sin embargo, eso no es excusa para que se me olvidara semejante fecha. La recordé varios días antes y justo el 25 de julio ¡zas! se me pasó por completo.
Me encantan los cumpleaños y mucho más si es el mío o el de algo mío o el de cualquier persona cercana. Amo celebrar cuando la ocasión lo merece y esta. lógicamente, no es la excepción.
Algo tarde, pero no ignorado por completo, ¡Feliz Cumpleaños a Indeleblia! y a ustedes, familia real e intangible, por estar ahí y leer siempre estas necias palabras.
Los aprecia, A.
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