Hoy no embadurnaré mi cara con pañitos de agua tibia ni magullaré mi maquillaje con tónicos de rosa ni emulsión de recién nacido que sonroja mi piel. Hoy mis ojos no reposarán y se darán cuenta que eres tú quien no está.
Hoy fue tu nombre el que firmó las líneas alegres que hicieron reír a media ciudad y el mismo que mi mente ya no quiere recordar.
Hoy, tu insulso y desgraciado fantasma tuvo la alevosía de aparecer de repente entre mis ganas y me han volcado a desear –con ansias vírgenes- a llamarte, cuando se han concretado 86 horas y 25 minutos sin hacerlo.
Me he mordido los labios, el codo y el cuello. He contado el tiempo que va en reversa. He averiguado el color de tu ropa y he querido adivinar la clase de zapatos con los que has recorrido los lugares donde he querido estar.
Has sido tú, maldito impostor, el responsable de mis celos enfermizos con tu trabajo, que me hace odiar cada vez más el mío, que sucumbe a la vergüenza de no sentirse a tu altura.
Fueron tus ganas las que me hicieron masoquista e indulgente ante el vulgar cantantucho de voz marchita que me hizo desear ser una gitana que cruza un puente en el extremo más septentrional de un archipiélago galo.
5 comentarios:
Pero que bien escribes!!! De vez en cuando vienen bien desahogarse, y ser simplemente uno mismo no? Un besazo
Así es... el placer de escribir no tiene precio, no es equiparable con nada. Un besote para ti :)
Fantástico, Andrea,si es ficción haces ver con tu capacidad literaria que es realidad, y si es realidad es tan increíble como la pintas que parece ficción.
BESOS.
hermoso, tus palabras transportan mi mente a tantos lugares y con tantas sensaciones .. tus escritos nos invitan a ser el copiloto de tu viaje, a compartir contigo tus experiencias o revivir las propias!
Felicidades
Awww qué lindo tu coment, Ims. Te adoro... tú lo sabes todo.
Antony: mil gracias por tu fidelidad a mis letras. Un abrazo gigante.
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