Trevor Brown es una aberración. Así parecen demostrarlo sus creaciones ‘artísticas’ –no me atrevo a afirmar tajantemente que lo sean-, su obra prolífica que debió consolidar en Japón, pues se autoexilió de su fría patria inglesa para evitar la persecución y las duras críticas que lloverían en su contra.
Raphy Autopsy y Necro Porno fueron un par de minilibros que recopilaban sus primeras creaciones y que Brown repartía entre sus compañeros de las escuelas de diseño a las que asistía. En esas páginas en monocromía esbozó sus ya recurrentes y controvertidos temas; oscuros por más, lascivos y punzantes hasta el repudio público.
La sugestividad de Brown oscila entre lo grotescamente inocente y lo estéticamente siniestro. Sus delicadas damitas orientales pierden su esencia infantil, la cándida naturaleza que reviste los años tiernos de la niñez, y las convierte en protagonistas de las más perturbadoras filias y abusos.
Creador de este BabyArt, como ha denominado su colección gráfica, el inglés pone de sobremesa uno de los temas más preocupantes y aberrantes de la coyuntura actual. Una manera bastante particular de poner el dedo en la llaga, recordándonos que la herida abierta por los constantes desmanes y abusos contra los niños aún no sana, y por el contrario, se inflama con cada nuevo atropello que sale a la luz pública.
Algunos lo catalogan como un crítico visceral que denuncia a través del arte. Para otros no es más que un maniático obsesivo, un pedófilo en potencia -o manifiesto- que recrudece la abominable realidad.
Ustedes, ¿qué opinan?
- Evil (1996)
- Forbidden Fruit (1997)
- My Alphabet (1999)
- Temple of Blasphemy (1999)
- Medical Fun (2001)
- Li'l Miss Sticky Kiss (2004)
- Rubber Doll (2007)
- Trevor Brown's Alice (2010)
- Black and white (2011)
Bonus Track: Trevor Brown está casado con una artista japonesa llamada Konomi Izumi, mejor conocida como ‘Hippie Coco’, diseñadora de unos ositos de peluche que son todos unos objetos de culto en el país nipón. A mí me recordó a la historia de John Lennon y Yoko Ono: un inglés con una japonesa, pareja de artistas, y uno no termina de comprender quién perturbó a quién (porque digan lo que digan, Lennon, al final de sus días –después de conocer a Yoko- se volvió aún más ‘diferente’)
Ah, y otra cosa: de Trevor Brown no se conoce su rostro, al menos no en el mundo cibernético. Muchos son los que lo han confundido con un músico homónimo ¡No se dejen engañar! hasta ahora su cara es desconocida para Google (o por lo menos para mí, que llevo años intentando encontrarla. Es cierto.)
2 comentarios:
Hola guapa!!! Como siempre una entrada de lo más completa, interesante y para aprender cosas que es lo que me hace falta!!! jajajaja Aunduve algo desconectada con esto de las fiestas, pero quería desearte un buen año, y espero que ya volvamos a la vida normal, rutinaria y aburrida sin comilonas ni gastos, que me encanta!!! Un besote. Muaccckkk
Me recuerda mi infancia o las pesadillas de mi infancia. En cuando a si creo que es un pedófilo en potencia, un loco.... dejémoslo así.
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